martes, 5 de mayo de 2009

rescatando al compañero pino





Compañeras, compañeros:

Así recorriendo la peronosfera, veo que la actitud generalizada hacia el compañero Pino Solanas vendría siendo, poco más o menos y con los consabidos matices, la de considerarlo un gran cineasta que, a la hora de hacer política, se revela como: sectario, iluminista, pretendido vanguardista, cuidador de su quintita parlamentaria, vendido, traidor, etc. etc. y lo peor de todo: funcional-a-la-derecha. Verbigracia: un pelotudo. Políticamente, claro.
La cuestión es que se le suele dar con un caño —pero de los de cloaca, de ésos por los que pueden circular scanias, tal como vimos en Die Hard III. Una de las más flojitas de la saga pero que igual se deja ver con gusto: Jeremy Irons de villano, Samuel L. Jackson de co-equiper de Bruce Willis... alto reparto. No puedo hablar de la cuatro, porque aún no la vi. Pero sí puedo decir que los compañeros están como  enojados con el hombre, y es comprensible, porque se nos puede tildar de muchas cosas: de crispados, de ciberkk, de clientelizadores o clientelizados, según cuadre; de testarudos, malhablados, incorrectos, soberbios, de comprados por el choripán y el tetra, de rosqueros, demagogos, bipolares, montoneros putos faloperos, corruptos, de gilada que compra K por el discurso sin ver lo que hay bajo el envoltorio, de aliados de mafias conurbanas, de depravados sexuales, y todo lo que quieran, y todo nos lo tragamos con crema y dulce; pero insinuar, cual insinuó alguna vez por ahí, que seríamos nada menos que, ay ay ay, traidores a la patria... Hum... A un peronista se le puede decir casi de todo: pero traidor a la patria no. Con eso no se jode; es cruzar una línea prácticamente sin retorno.
Pero por el otro lado, ¿cómo desconocer su corrección ideológica, su compromiso, su intachable trayectoria que hasta incluye haber recibido un par de corchazos por sus inclaudicables denuncias contra el saqueo de nuestro patrimonio telúrico?
¿Qué hacer ante situación tal, compañeros? ¿Cómo pararse frente a un adversario con el que en tanta cosa coincidimos?

Recurro, como en todo caso intrincado, a la tabla huija, a ver que tiene para decir el General. No sé si por el entorno en que habita ahora, o por lo esotérico del medio de contacto, pero últimamente a veces se le da por expresarse con parábolas estratégicas, de las cuales uno después debe desgañitarse para interpretar sus implicancias tácticas. En fin. En este caso, para colmo, me sale con un cuento zen.

Un compañero samurai debe vengar la muerte de su Shōgun (Señor, Barón) del conurbano tokiense. Persigue al asesino durante años de fatigosas privaciones, por montañas, bosques, ríos torrentosos; hasta que se le da, y allí lo tiene al sicario, desarmado, vencido y a su merced. Cuando enarbola la filosa para rebanarlo, el otro va y le escupe la cara. El samurai, entonces, enfunda la katana, pega media vuelta y márchase, sin tocarle un pelo a su enemigo. The end.

El significado de la parábola es fácil: yo también leí a Campbell (¡no le sabía esas lecturas al General!) y conozco la explicación: si lo boletease ahí, no lo estaría haciendo en venganza por el asesinato de su jefe, tal su misión, sino para lavar su ofensa personal. Y no es la onda. Si lo mata ahora, no va a poder después matarlo en nombre de su Shōgun, porque hasta los sicarios japoneses mueren una sola vez. Así que lola, quedará la cosa para más adelante cuando se le haya pasado el efecto del escupitajo, aunque deba volver a pasar por años de extenuante persecución.
Ah, la sabiduría oriental.

Pero, hum, ¿cómo se aplica ello a lo, eh, coyuntural del caso? Tras jugarme 58 buscaminas al hilo (excelente método para dejar que el sub o el inconsciente —nunca entendí del todo la distinción entrambos— procese la info) la respuesta vino a mí como un rayo de luz: que semejante cuadro te trate de traidor, se siente como un escupitajo en la cara; pues bien: hay que secárselo con la manga del kimono, tranquilitos; no matarlo por eso, no de bronca; hay que esperar que se diluya el despecho y enfrentarlo, ya no desde la ofensa militante, sino como debe ser: como soldado del pueblo justicialista. Y ahí, recién ahí, juzgarlo.

Ésa es la consigna, compañeros.

Tengo un familiar muy, muy directo, cuyo referente político es nada menos que el mismísimo... ¿ProSur? (¿así se dirá?, suena a compañía de seguros), y decido usarlo como liebre de indias para someter a prueba mi templanza: a ver si soy capaz de sostener una discusión sin recurrir a quejas por los improperios sufridos, ni a ninguna otra clase de chicana (por más que las reciba), y debatir ideas. Llámolo. Díceme:
¿Qué hacés? Justo vengo de una marcha de la CTA con los indios wichis, que los está desterrando la sojización, de la cual tu gobierno siempre fue socio. O no. Ves, vos que siempre decís que no es por complicidad sino por cuestiones de relación de poder; pero si tomaran medidas realmente nacionales y populares tendrían a los wichis de su lado; así se construye poder. Y a los tobas también, etc. Como hace Chávez, como hace Evo. ¿Por qué te creés que a ellos los bancan masas movilizadas? Mirá Correa. Declaró ilegítima la deuda. ¿Cuándo los K hicieron algo así, eh? ¿Por qué no llevó adelante el juicio a la deuda externa, eh?
—Este... Sí, Correa declaró ilegítima una parte, y ahora plantea un canje con 70% de quita. Sobre esa parte. Kirchner, sin juicio ni declaraciones ni nada, les hizo comer una quita del 75% sobre el total...
—Bah, detalles técnicos. Reconocé que no tuvo los huevos. Por eso no construye poder: porque el apoyo popular se logra con medidas populares. Vos fijate: dengue, chagas, malaria, soja, glifosato, minería a cielo abierto, ¿a quiénes matan? A los pobres. ¿Quiénes mueren por desnutrición? ¿A quiénes mata el gatillo fácil? A los pobres. ¿A quiénes matan las reteciones sin segmentar? A los chacareros pobres. En este sistema, que sigue siendo neoliberal, los que se mueren siempre son pueblo, son pobres. ¿O no? Y bueno. ¡Mirá si ahí no tenés para tomar medidas nacionales y populares pero de las de verdad! ¿Sabés lo que van a plantear ahora Pino y De Gennaro?
—Ni idea. Instruime.
—Agarrate. En el próximo Congreso Nacional de Talleres Populares de Debate en Pos de la Campaña por una Nueva Constituyente, van a tirar la nueva consigna de lucha: ¡hay que abolir la muerte!
—A la marosca.
—¿Viste? Y no me salgas con el realismo y demás excusas conformistas. ¡Abolir la muerte, imaginate! ¡Decime si con eso no tenés a toda la negrada llenándote la plaza en cinco minutos! ¡Decime si no te ganás hasta a la clase media, con una medida tan pero tan nacional y popular pero auténticamente! ¿Y cómo hace la oposición para votarle en contra a eso, sin mandarse en cana? ¿Eh? ¿Cómo hace para oponerse Clarín? ¡Así se construye poder, y no transando con Grobocopatel y la mafia! Ahora, decime vos: ¿por qué te creés vos que tu gobierno jamás tuvo ni va a tener una agenda así de popular? ¿Y de nacional?
—Bueno, supongo que porque...
—Si serás ingenuo... ¿Querés saber por qué? Yo te voy a explicar. ¿Sabías que los Kirchner iban re prendidos en el negocio de las funerarias en la Patagonia? ¿Cómo te creés que hicieron fortuna? ¿Y sabías que el ex jardinero de los Kirchner en Santa Cruz ahora es...? Adiviná... ¡Director nacional de morgues! Qué casualidad, ¿no? ¡Abrí-los-ojos-de-una-vez!

Y todo por el estilo, compañeros. Reconozco que se me hace cuesta arriba rebatir argumentos tan lúcidos, progresistas, antiburgueses, revolucionarios, y nacionales, y populares, pero de en serio. Porque muchos son ciertos. Porque no me queda más remedio que coincidir. Porque yo mismo, franqueza obliga, me he sorprendido más de una vez con ganas de estrangularlo a Néstor, y/o de propinarle alguna que otra nalgada a Cristina. No lo puedo negarlo.
Eso sí: cada vez que me agarran esos ánimos, enseguida me recuerdo que yo soy un pelotudo escribiendo un blog, y que el que llegó al poder, e hizo cosillas tales como p.e. voltearle el ALCA en la jeta a Bush, de anfitrión y hasta metiéndole un acto de Chávez a dos cuadras, cual Asterix poniéndosela a Julio César —pero sin poción mágica ni nada, fue Néstor Kirchner. Mientras yo lo miraba por tv.

Y Pino también.

Serán los vicios del peronista que soy. Pues resulta que:

Verdad Peronista Nº 24: Para un peronista es más respetable otro peronista en el poder, por cagadas que haga, que otro peronista que la tenga clarísima escupiendo micrófonos.

Ello no obstante, a no enojarse demasiado con el compañero Pino. Allá él con su proyecto. Pienso, sinceramente, que la acusación de artista-brillante/alimaña-política es exagerada y doblemente injusta. Espero, a pesar de todo, que le vaya bien, y si le gana a Ibarra lo festejaré. De corazón. Aunque esté en otra vereda. Porque, al fin y al cabo, es nacional. Y popular. Así que va a apoyar las mejores resoluciones del oficialismo. Por lo menos todas aquéllas comprendidas en el rango de 124 para abajo, y/o de 126 para arriba.
Espero.

Doblemente injusta la acusación, digo, porque, compañeros... ¿Cuánto hace que no ven El exilio o Sur? En su momento, confieso, me parecieron obras maestras... pero yo tenía 15 años o similar. Alguna vez las enganché de grande en Volver... y les juro que a los 5' tuve que cambiar despavorido, muerto de vergüenza ajena. O propia, considerando cuánto me habían gustado en lo precámbrico de mi vida. No, compañeros. Les aseguro que Los caballeros de la cama redonda o cualquiera de las de Armando Bó resisten el paso del tiempo mil veces mejor que esos engendros. Que se suponen que son lo mejorcito... No: por mucho que se nos enfrente, lo prefiero de político y no de director de cine.

Si les parece que exagero, vean, revean la escena más famosa de su carrera:



En fin.


Conclusión: calma, compañeros. No nos enojemos tanto, que la cosa va para largo. Más allá de cómo nos vaya el 28, más allá de cómo nos vaya en 2011, no olvidemos que en unos 5000 millones de años el sol habrá consumido todo su hidrógeno y se convertirá en una gigante roja, barriendo con nuestro sistema planetario; y se trata de que ese día, el último día que brille el sol sobre la Tierra, sea un día peronista.